Duodécima etapa.-

El día 31/07/2021 hemos recorrido la duodécima etapa de la ruta del Aigua-Viva, que también nos ha entusiasmado por su belleza. En principio se presentaba como una aventura a causa del pronóstico del tiempo que daba un 100% de probabilidades de lluvia. Además nos enteramos de que en la zona a las 5 de la madrugada estaba descargando una fuerte tormenta de granizo.

Salimos preparados con chubasqueros para afrontar lo que hiciera falta, pero luego, en realidad solo nos cayó algo de llovizna en algunos tramos que apenas tuvimos necesidad de utilizar los chubasqueros. La aventura fue de otro tipo, como mas adelante describiré.

El primer fallo fue llevar un plano a escala 1:50000 en lugar del 1:25000 que por descuido me dejé en casa. Hay una enorme diferencia en el nivel de detalle entre uno y otro tipo de plano.

Iniciamos el recorrido un kilómetro después del pueblo de Toses en el lugar conocido como “Les tres Aigües” donde la unión de tres torrentes: Torrent de la Fou, torrent de les Comes y Clot de la Socarrada forman el nacimiento del río Rigat. Hay un sendero denominado camí de Toses a Puigcerdá que desde ese lugar cruza el río y llega a Toses, pero nosotros no lo vimos porque en el plano a escala 1:50000 no aparece y tampoco encontramos las marcas, así que ese kilómetro lo hicimos bajando por la carretera.

Por detrás de la estación de Toses tomamos un bonito sendero hacia Fornells de la Muntanya, limpio y bien señalizado, a pesar de ser muy poco transitado. Cruzamos el torrente de Jacás y el torrente de la Font del Peini, y a unos 2,5 km de Toses, llegamos al torrente de l’Arcer en una bifurcación que seguimos hacia la izquierda en una fuerte bajada que tras 600 metros llegamos al río Rigat bajo la población de Fornells de la Muntanya y seguimos el sendero junto a la carretera de Planoles. Cruzamos el torrente de Mener y a poco menos de un kilómetro de Fornells entramos en la carretera de Nevá que coincide con el PR señalizado. En el talud derecho de esta bonita carretera había gran cantidad de fresas silvestres; mi compañero las veía todas e iba cogiendo: una, dos… siete, ocho… Yo no veía mas que matas, pero ningún fruto, al final, y sólo para no quedarme a cero, cogí una que además fue mi compañero quien ma la enseñó. De todas formas, creo que aún es un poco pronto para la plena fructificacíon. Esto me recuerda la fábula de la zorra y las uvas : “no están maduras”.

A 1,5 km de su inicio, el sendero se separa de la carretera y comienza a bajar. Allí nos paramos a almorzar. Al principio es un bosque de pinos y robles, donde predominan los pinos, mas adelante, la vegetación predominante son los robles. Este sendero discurre por una umbría y aún quedaban muchos corros blancos de los granizos que habían caido la pasada madrugada.

La temperatura durante toda la etapa era excelente: entre 17 y 19 grados.4

Al llegar a Nevá hicimos una foto del hermoso panorama de este Pueblecito desde la plaza de Margarida Xirgu. Luego retrocedimos un trecho para tomar un sendero a la izquierda que bajaba en dirección al río, pero allí nuestra intuición y la falta de un plano adecuado nos engañó, pero cuando nos dimos cuenta de que íbamos en dirección contraria ya estábamos en el cauce del río junto a Espinosa. Al ver que venía bastante agua, en lugar de cruzar intentamos seguir por la derecha aguas abajo. Al principio había una vereda por la que se pasaba con bastante facilidad, pero poco a poco se iba perdiendo hasta que nos vimos obligados a descalzarnos y cruzar, pero esta aventura no hacía mas que empezar, tuvimos que cruzar varias veces y al final, sin siquiera descalzarnos. Por fin al ver que la carretera estaba bastante cerca, decidimos acceder a ella trepando campo a traviesa. Llegamos a la vía del ferrocarril a la salida de un túnel y junto a ella la carretera GIV 4016 que tomamos y seguimos casi dos kilómetros hasta la población de Planés. Desde allí bajamos a la estación de planoles por un caminito escalonado.

Luego de cruzar la vía por un paso subterráneo encontramos el camino hacia Les Casetes en el punto al que debíamos haber llegado desde Nevá si hubiéramos seguido el sendero correcto, pasando por el albergue de Maristas y el albergue Pere Figueroa.

Pronto llegamos a les Casetes y desde allí seguimos por un sendero de poco mas de tres kilómetros hasta Roques Blanques, paralelo al río Rigat. A pesar de haber subido una gran cantidad de veces a la collada de Toses por la carretera N260, no podíamos ni siquiera imaginar que bajo ella y junto al río existía este sendero tan precioso, todo entre sombra y con muchas plantas de boj, algunas de las cuales, después de secarse por el ataque de una plaga, las habían cortado a ras de tierra y estaban rebrotando con fuerza.

En el puente que cruza el río en Roques Blanques vimos un zorro que pudimos fotografiar porque el pobre estaba cojo; seguramente algún coche lo había atropellado.

Dese Roques Blanques bajamos dos kilómetros por la carretera N260 hasta Ribes de Freser, lo cual no es aconsejable en absoluto.

Luego he visto en el plano que existe un sendero junto al río que nosotros no vimos.

Por fin acabamos esta aventurera etapa tras haber recorrido 20,17 kilómetros y dando por concluido el recorrido del Rigat hasta su desembocadura en el Freser.